miércoles, 2 de marzo de 2011

Bienvenidos al Blog Palabras de Vida

" DEJAD QUE LOS NIÑOS VENGAN A MI, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS"

Presencia Divina

Un hombre, ignorante aún de las leyes de Dios, caminaba a lo largo de una parcela, acompañado por su sobrino, un pequeño de seis años, llamado Toñito.
El niño y su tío daban un paseo por la vecindad de la casa donde vivían.
Comtemplaban, fascinados, las naranjas maduras, y respiraban el aire leve y puro de la mañana.

A cierta altura del camino, el señor se detuvo y colocó una bolsa sobre el pasto verde y suave, la cual comenzó a llenar con frutos que estaban en unas grandes cajas abiertas; al mismo tiempo que miraba temerosamente en todas las direcciones.
Asombrado y preocupado por lo que veía, Toñito se dirigió a él y le preguntó: - ¿Qué hace tío?
Colocando el índice de la mano derecha sobre sus labios entreabiertos, el señor respondió: - ¡Psiu!...Psiu!...
Enseguida, agregó en voz baja: - Aprovechemos ahora, mientras nadie nos ve, y guardemos algunas naranjas escondidas.
Entretanto, el niño, sorprendido por lo que escuchó, apuntó con uno de sus pequeños dedos hacia el cielo y exclamó: - ¿Pero, tú no sabes que Dios nos está viendo?
Muy sorprendido, el tío palideció y volvió a colocar los frutos en la caja de donde los había sacado, murmurando: - Gracias Dios mio, por haber despertado mi conciencia por medio de los labios de un niño. Y desde ese momento, el tío de Toñito pasó a ser realmente otro hombre.

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